Por Nelson Ventura
Las sociedades que avanzan con mayor calidad de vida y todo tipo de desarrollo basan su estrategia en la educación y formación de sus ciudadanos. En ese proceso de crecimiento de las comunidades el maestro es el factor fu8ndamental y su esencia esta en la familia y en la escuela, lo elemental y básico, los primeros pasos que aprendemos, lo hacemos en la familia y en la escuela, allí están nuestros primeros maestro.
En todos lados hay un maestro, la vocación y el espíritu es el mismo, el interés superior es dejar comprendido el abc o la suma y la resta, después la multiplicación y la división, sin descuidar el amor por las artes y los valores; siempre el abrazo solidario, la mirada comprensiva.
Esta figura celestial que encontramos en la escuelita inicial, la primaria, secundaria, universidad y los postgrados, es entonces el factor fundamental del desarrollo de la sociedad actual y debe ser un ciudadano especial, henchido de honra y reconocimiento, el modelo a imitar en el campus o en la calle.
Ha sido quien nos enseño a cantar, rezar, jugar, hablar, abrazar, a la ternura y al amor.
Muchos maestros, especialmente en los pueblos les ha tocado enseñar con el estomago vacio, con los mareos del hambre, mal vestidos y con zapatos rotos.
En medio de sus penurias son los únicos que con seguridad producen en el país desde tiempos inmemoriales, porque pese a sus malos sueldos son los que producen abogados, médicos, ingenieros, albañiles, electricistas, zapateros, panaderos, arquitectos, lideres, políticos sacerdotes, enfermeros, paramédicos, psicólogos, periodistas, filósofos de izquierda, de centro o de derecha etc. En fin todos los hombres y mujeres que logran hacer progresar al país, lo hacen porque tuvieron un maestro que les enseño.
Los hombres y mujeres que con Dios premió con el don de transmitir conocimientos y encontraron su vocación de enseñar merecen nuestro reconocimiento hoy 15 de enero Día del Maestro y por siempre.
