Joaquim Bolívar, fue un indígena de la etnia baré nacido a mediados del siglo XIX y quien en 1873 fundara el poblado de “Jamanadona” nombre indígena original del poblado, que en lengua nativa significa “Morada de las toninas”, “porque en la anfractuosidad de la laja que está en el puerto, vivían unas toninas encantadas”, escribió Bartolomé Tavera Acosta. Con el tiempo, el poblado se le conoció como Santa Rosa de Amanadona. Estuvo ubicada en la margen izquierda del Río Negro, casi en la boca del caño Amana-avo (tonina). Joaquim, estaba casado (vivía) con una brasilera llamada Basilia y en el poblamiento de Jamanadona lo acompañaron también los paisanos Manuel Cabuya, Fermín Linares, Alejandro Cuello y Claudio Da Costa, entre otros.
Joaquim Bolívar fue un indio dominante de varias lenguas habladas por diferentes etnias con las cuales mantenía intercambio comercial. Asimismo dominaba el yeral y portugués, debido a la secular influencia brasilera en la región. Según Tavera Acosta, en gira que realizara como gobernador del Territorio Federal Amazonas en 1902, conoció a un hijo del fundador de Amanadona, llamado Hilario Bolívar, a quien le apodaban “Maroita” y tenía bien ganada fama de “shamán-curandero”, había nacido un 24 de octubre de 1881 y se dice, que curó de infertilidad a la esposa del ex Rey de Bélgica Leopoldo III (1901-1983), en su visita a estos parajes en 1952 (para la época Maroíta tendría 71 años). También se conoció que el doctor Germán Carrera Damas, escribió que cuando con la ciencia no podía curar a un paciente, lo remitía a Maroita para que lo sanara y siempre había buenas noticias.
Amanadona tuvo mucho auge y fue bastante poblado a juzgar por les tres cementerios que tuvo. En Santa Rosa de Amanadona se desarrollaron dramáticos acontecimientos, asaltos a mano armada; también –según las leyendas- se vieron hombres fieras y “dañeros” (Mati) que se destrozaban entre ellos. Allí imperó el crimen, la traición, el asesinato alevoso y también se conocieron ejemplos de coraje y valentía que distinguió al amazonense de la época.
En Santa Rosa se instaló la Aduana del Territorio Federal Amazonas desde 1912, la cual estaba ubicada desde 1873 en San Carlos de Río Negro.
El caso más notable –no de ingresos pecuniarios- fue el asesinato del general Varela, cuando ejercía el cargo de Administrador de la Aduana Fluvial de Santa Rosa Amanadona. Varela era un andino de cierta cultura, pero por sus genes corría la sangre del caudillo que se escudaba en la legalidad. Varela se peleó con todos los anteriores administradores entre ellos los generales José Aguilera y Rodolfo Urbina; para 1913, Varela tenía en su prontuario varios enemigos, entre ellos a uno conocido como José Tomás Funes. Éste, que según la leyenda tenía un ábaco donde llevaba la cuenta de sus muertos, lo mandó a matar. Para ello contrató los servicios del general-sicario Manuel María González, conocido con el remoquete de “El tigre de los llanos”, quien acompañado del coronel José del Carmen Ventura Gutiérrez da al traste con la vida del general Varela, junto a sus hijos José Antonio y José Miguel.
Se cuenta que la pelea en Amanadona fue desigual, por la fuerza que poseían los matones; sin embargo, los soldados de Varela dieron la cara y se enfrentaron a sus asesinos. Poco a poco fueron cayendo: Luciano Rodríguez, Manuel Villegas y José “Chingo” Torrealba. Al ver muerto a sus hijos y herido gravemente, Varela echó el resto y se lanzó al ataque de sus enemigos para que lo mataran en la lucha, machete en mano sintió el filón de las hojillas en su cuerpo y falleció tasajeado y desangrado por el ímpetu de sus sicarios.
En 1920, los pobladores de Santa Rosa de Amanadona, huyendo de las peripecias de Tomás Funes en Atabapo y en toda la zona, emigran a Brasil y fundan un sitio bautizado como “El Porvenir”. Los únicos que quedaron en Amanadona fueron los aguerridos José Martínez y Paulino Guatamare.
Don Joaquim Bolívar tuvo varios hijos, entre ellos al conocido Hilario “Maroita” Bolívar y Julia Belisaria Bolívar, entre otros no conocidos; ésta última, casada con Manuel Ventura, quienes procrearon a Placido Ventura Bolívar, Crucita Ventura Bolívar, Antenor Ventura Bolívar, Dominga Ventura B., María Arminda Ventura Bolívar (1930-2001: madre de quien esto escribe y de Nelson Augusto Ventura), María Auxiliadora Ventura B., Antonia Olinda Ventura B., y Carmen Ventura Bolívar.
Hombres como Joaquín Bolívar –como dijera el laureado poeta Rafael Cadenas- pertenecen “a un pueblo de grandes comedores de serpientes, sensuales, vehementes, silenciosos y aptos para enloquecer de amor. Pero su raza es de otro linaje (…) Ésta es la tinta trémula del día, la rosa al rojo vivo inscrita en los anales de la selva”.

Por Web Admin

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