**La depresión económica convirtió al Atabapo en un pueblo fantasma y obligó al gobierno el traslado de la capital*
**Santiago Aguerrevere construyó la carretera del progreso*
**El Gobierno del Dr. Guzmán Guevara ha sido insuperable*
*By José M**@** Ventura*
Manuel Antonio Henríquez Fuentes es un personaje clave para entender la historia del Amazonas venezolano. Nació en San Carlos de Río Negro una fría y lluviosa mañana del 10 de junio de 1915 de la unión matrimonial de la indígena baré Gerónima Fuentes y el falconiano Eliseo B. Henríquez. Sus primeras travesuras e ilusiones se forjaron entre los ríos Negro (Venezuela) y Amazonas (Brasil), país éste, donde aprendió las primeras letras en una escuelita de Manaus.
Desde pequeño su vida estuvo marcada por el río. Los continuos viajes de negocio de su padre lo convirtieron en un eterno pasajero. Así pudo conocer a profundidad los caños y ríos del Amazonas (venezolano y brasilero), experiencia que ensanchó su amor por la tierra que lo vio nacer.
El niño Manuel, fue un testigo histórico presencial de un episodio trágico que marcó el destino de todo un pueblo y de su personalidad: el fusilamiento de Tomás Funes en San Fernando de Atabapo, cuando apenas contaba con seis años de edad, el 30 de enero de 1921.
Don Manuel es un buen conversador. De estatura mediana, cara ovalada, frente amplia y ojos achinados, siempre está prestó para atender cualquier visita en su casa de habitación en el céntrico barrio “Unión” de Puerto Ayacucho.
-Bien don Manuel, nos interesa el tema de la fundación de Puerto Ayacucho, ahora que vamos camino al Centenario y muchas personas, sobre todo la nueva generación, no tiene claro, qué celebramos, y cómo fue el proceso de fundación de una ciudad. Así que, gracias por atender nuestro llamado y aquí estamos listos para iniciar este diálogo, más que entrevista.
-Bueno, ustedes dirán y gracias por pensar en mí, aunque yo no solamente conozco de la historia de Puerto Ayacucho, hay otras personas que saben mucho, pero no han querido escribir o tienen miedo o no sé…
*-¿De dónde nace en Manuel Henríquez el amor y pasión por la historia regional?*
-Desde muy joven dedique parte de mi tiempo a tomar apuntes y notas de la historia regional, pues soy un amazonense que ha venido sintiendo el palpitar del corazón selvático de esta tierra de bravía naturaleza y quieta rebeldía, ligado al ancestro del pasado, preocupado e inquieto por su geografía mutilada; lo que me ha llevado a escribir hoy su acontecer histórico del ayer en el caminar de un ideal soñado como deseado.
*-Don Manuel, háblenos de la fundación de Puerto Ayacucho.*
*-*Antes de contestar hagamos abstracción y vayamos a los puertos de Perico y Bagre, porque tuvieron mucho que ver con la fundación de Puerto Ayacucho. Entre esos dos puertos llegó el doctor Santiago Aguerrevere el 9 de diciembre de 1924 a un sitio cercano de puerto Bagre, y por ser día en que se conmemoraba el Centenario de la Batalla de Ayacucho le pone el nombre de aquella importante efeméride Americana. Así nace esta capital, que hoy luce como una autentica capital dotada de todos los servicios, aunque con deficiencias, hay siempre la preocupación de mejorarlos.
*¿Por qué cree usted que se da la fundación de Puerto Ayacucho?, *
-Mira, el Territorio Federal Amazonas desde mediados del siglo XX, fue una región convulsionada política y económicamente. En un período que terminó en 1931, se registraron 39 alzamientos, 25 gobernadores derrocados y 10 asesinados. En este contexto hubo la explotación de recursos naturales en abundancia y también la explotación del indio. Dentro de este marco aparecieron los Tomás Funes, los Roberto Pulido y también apareció un Emilio Arévalo Cedeño, quien tuvo en jaque a las tropas del gobierno del General Juan Vicente Gómez. De allí, que careciendo de medios y logística para enfrentarlo, aunado a esto los obstáculos de los raudales de Atures y Maipures, el Gobierno Nacional, en septiembre de 1924 decreta la construcción de la carretera Bagre-Morganito para salvar los 65 kilómetros de los raudales de Atures-Maipures y así tener libre acceso hacia el Alto Orinoco y Río Negro.
*¿A qué atribuye usted la mudanza de la capital desde San Fernando de Atabapo para Puerto Ayacucho?*
– A la depresión económica que padecía el Territorio Amazonas, pues la explotación del caucho y el balatá había mermado. Además por los sucesos ocurridos; recuerde que en 1921 habían fusilado a Funes, el hombre fuerte de la región, lo cual derivó en una brutal persecución del gobierno a muchas personas y empresarios, quienes tuvieron que emigrar a Brasil, Colombia y otros se fueron al centro del país, buscando nuevos rumbos.
-*Cuando se concluye la carreterausted vivía en Atabapo, para ese tiempo tenía 13 años, ¿Cómo describe la situación?*
-Bueno chico, San Fernando Atabapo, otrora floreciente capital, era un pueblo fantasma; únicamente el tren ejecutivo sobrevivía a duras penas. En Atabapo lo que se oía era Bagre, Perico y Atures.
*-¿Y qué opina de la llegada de Aguerrevere para iniciar la construcción de la carretera, cómo la describiría y qué significó para los amazonenses?*
-Eso fue hace 99 años. Era una soleada mañana de verano, un 9 de diciembre de 1924. Ese día, el doctor Aguerrevere, con simbólica postura, pico en mano, rasga las entrañas de la tierra misma, inhóspita y bravía, y sobre el surco abierto, cae la semilla del progreso: la carretera –vía de enlace con Alto Orinoco, Río Negro- y al instante nace Puerto Ayacucho, la capital más joven de Venezuela.
*-¿Cómo se sintió la noticia de la llegada de Aguerrevere a Bagre como usted dice, allá en Atabapo, cuando no había teléfono, radio, internet, ni periódicos para la época?*
-No solamente en Atabapo, la llegada de Aguerrevere a estos parajes, como noticia corre veloz, de boca en boca y circunda los caseríos cercanos. Provincial, Sapo, Atures, Maipures, y se expone más al sur de la región, a San Fernando de Atabapo, San Carlos, Maroa y otros pueblos del interior. Sus pobladores, en su mayor parte, acuden presurosos en busca de empleo para la subsistencia diaria, ante la crítica situación económica que azotaba inmisericorde a esta vasta porción de tierra venezolana.
*-Como cronista y hombre de una amplia visión que vivió esos momentos, ¿qué vio, cómo fue el movimiento humano?*
*-*Se pudo observar la construcción de galpones con techo de palma -aquí no se trajo láminas de zinc- que sirvieron de alojamiento, depósitos y oficinas, eran más idóneas para el clima de la región. También llegan a emplearse obreros para la construcción de la carretera, campesinos, pescadores, ex trabajadores del caucho, balatá y de otros productos naturales. Entre otros, los hermanos Navas, Horacio Chacín, Pedro Moreno, Melicio Pérez, Nicolás Ruíz, Casimiro Manzol…Poco a poco fue creciendo el número de obreros en busca de trabajo. Le pagaban el jornal a 3 y 5 bolívares de la época, que era un platal. Después de concluida la carretera ellos serán los primeros pobladores de lo que se bautizó como Puerto Ayacucho.
*-Ahora bien, don Manuel. Ya está Aguerrevere en Bagre, como usted llama al sitio. ¿Cómo fue el movimiento de esa gente que llegó como obrera. Dónde vivían?*
-Bueno, la gente se fue arreglando como pudo. Por aquí, por allá, acullá, entre las piedras, en una pendiente, en un cerrito, en un montículo de tierra o granzón, debajo de un árbol van surgiendo las rústicas viviendas de los primeros pobladores, en camino culebrero por la accidentada topografía del terreno; eso sí, cerca del rio Orinoco, por la proximidad del agua. Es el primer núcleo habitacional que surge en la quietud secular de las rocas aletargadas por la sonoridad embravecida de las encrespadas aguas orinoqueñas. Su nombre: “Barrio Loco” y “Trabuco Montao”, éste último en crecimiento acelerado. Luego se unen para formar el famoso barrio “Perico”.
-*Háblenos del comercio en Puerto Ayacucho ¿Cómo se fue formando o ya estaba cuando llegó Aguerrevere?*
-Entre los primeros está el turco Monack con sus negocios de víveres y mercancías; don Juan Maniglia, quien vivía en Atures, con su venta de carne y leche y también su transporte de carretas, el catire Jesús María Cardozo quien comerciaba víveres y aguardiente (prohibido, pero lo vendía disimuladamente en latas de kerosene Llama Azul). Después fue el principal abastecedor de la comida de los trabajadores de la obra. De igual manera destacan personajes que en su labor para ganarse el sustento, entran en la historia por su brega constante y diaria: doña María Quilleli, Isabel Navarro, (cocinera de Aguerrevere), Andrea García, María Guerrero, Pancha Torres, Cristina López…Fueron tiempos de buenos servicios y atención de estas personas, cuyas manos maestras en la confección de arepas de maíz pilado y otros manjares, saciaron el hambre de noctámbulos parranderos de la época, propia de una población en marcha, aún con apariencia pueblerina.
*-Maestro, cómo fue el proceso de construcción de la carretera y su culminación.*
-La carretera continuó avanzando. El trabajo es arduo y forzado: paludismo, beriberi, enfermedades digestivas, mosquitos, zancudos, culebras y otras alimañas propias de la selva. Muertes y muertes, como era natural en estos parajes. Excavaciones, rellenos, puentes, alcantarillas, pico y pala era el menú del diario bregar. No obstante, arrecia el temple de una voluntad férrea y el firme propósito ante la responsabilidad asumida. Son cuatro años de lucha abierta, inclusive en noche de luna llena se aprovecha el tiempo cuando así lo requería el momento. Así se llega a finales de 1928. Se da por terminada la construcción de la carretera, llegando hasta el puerto de Samariapo y no hasta la piedra de Morganito, tal como fue decretada la obra por el gobierno del General Juan Vicente Gómez. Esto por la demora del puente, para unir Samariapo, el cual nunca llegó.
*-…Y después de concluida la carretera, ¿Cómo quedó todo esto?*
-Una vez terminada la carretera, algunos obreros quedaron alojados en la recién fundada población; otros regresaron a sus sitios de origen. Por otra parte, ranchos y otras instalaciones quedaron abandonadas; sin embargo, Puerto Ayacucho era el poblado de mayor significación en toda la región. Las poblaciones del sur: San Carlos, Maroa, vegetaban al igual que la inmensidad verde de sus montañas. San Fernando de Atabapo como capital, languidecía envuelta en el carcomido sudario de su próspero pasado; está sola, abandonada, desérticas sus calles. Sus blancos caminos reflejan las sombras pesarosas de uno o más, que aún deambulaban a la orilla del tenso negro de sus aguas.
*-Como Cronista y estudioso de la historia regional, don Manuel, cómo analiza el traslado de la capital desde Atabapo para el novel Puerto Ayacucho.*
-Mira, ante la situación crítica antes descrita, que era del conocimiento del Ejecutivo Nacional, el Presidente Gómez, por Decreto del 20 de septiembre de 1928, designa a la población de Atures como la nueva capital del Territorio Federal Amazonas. Cercana estaba la recién fundada Puerto Ayacucho, que tenía más habitantes que Atures y “mejores” instalaciones como para distinguirse como sede del gobierno regional. Así, en noviembre de ese año, en cumplimiento del decreto anterior, el gobernador, Coronel Carlos Tomás D’ Gregorio, desde San Fernando de Atabapo se traslada con el tren ejecutivo a la nueva capital designada, pero no se queda en Atures sino que se instala provisionalmente en Puerto Ayacucho, hasta tanto hubieran las condiciones mínimas, principalmente un local para la sede del gobierno regional. Mientras tanto, D’ Gregorio utiliza como gobernación algunas de las instalaciones dejadas por el doctor Aguerrevere. No será sino doce años después de este hecho, cuando el 19 de septiembre de 1940, el Presidente Eleazar López Contreras decrete legalmente a Puerto Ayacucho, como capital del Territorio Federal Amazonas.
*-Maestro, en 1976 usted propuso la creación del Archivo Documental Histórico del Territorio Federal Amazonas. ¿Qué pasó con ese proyecto?*
-Efectivamente desde que me nombraron Cronista me propuse esa meta. Me reuní con el doctor José Luis Salcedo Bastardo y con una gama de excelsos historiadores de la talla de Ramón J. Velázquez, José Antonio GiacopiniZárraga, Walter Dupoy, Roberto León Chuecos y Jorge Gómez Mantelini. El proyecto quedó en puras promesas gobierneras. Ningún gobernante quiso apoyarme por la supuesta falta de recursos. Le digo que es mucho lo que se puede hacer en este campo histórico-cultural, y vale la pena cualquier esfuerzo del gobierno regional y de la Alcaldía, como también de otros organismos oficiales con el fin de lograr una identificación propia con nuestra historia, que es parte de la historia misma de Venezuela, y como tal, requiere su valorización jerárquica dentro del contexto general que conforma el gentilicio venezolano y amazonense.
*-Bien. Ya estamos llegando al final de esta entrevista don Manuel y queremos que nos responda con respuestas breves aunque vamos a tratar espacios de tiempos prolongados, décadas de historia. ¿En la década del 30, después de la conclusión de la carretera, cuáles son los hechos o sucesos más importantes para el cronista? *
-Son varios, como la llegada de los nuevos gobernadores, el asesinato del gobernador Eduardo Carrillo en 1931 y la llegada de los salesianos en 1933, por nombrarte tres.
*-¿En la década de los cuarenta?*
-La llegada de la Chicle y la Rubber Development Company, la llegada de nuevos comerciantes como Manuel Díaz Vera, Oswaldo Alcalá, Pastor Sánchez, Pedro Moreno…y muchos otros. Igualmente la construcción del Hotel Amazonas.
*-¿En la del cincuenta?*
– Mira en esta década es cuando el aspecto urbanístico cobró una verdadera transformación como ciudad capital; así surgen avenidas, calles asfaltadas, alumbrado público con luz de mercurio, zona verde, remodelación de la plaza Bolívar…El doctor Guzmán Guevara fue un modernizador.
*-¿Sesenta, setenta, ochenta, noventa y dos mil…en conclusión?*
-Hay muchos hechos históricos y problemas surgidos en esos extensos períodos de existencia, para llegar a lo que es hoy Puerto Ayacucho; pero a los últimos hay que tomarlos como desafíos a la voluntad perseverante y creativa de los muchos protagonistas y la capacidad para enfrentarlos…Todo ha quedado muy atrás y en el recuerdo de ese largo caminar del tiempo, quedan los pioneros del acontecer histórico, que, por cuyos hombros pasó la compleja y pesada carga del progreso. Para ellos son las glorias de estas festividades, unido al profundo respeto, agradecimiento y la gratitud de un pueblo en marcha hacia el futuro. Para la presente y futuras generaciones, en el umbral del año 2000, y ante esta coyuntura circunstancia de controversiales complicaciones de este momento histórico de un mundo en crisis, es el reto y hay que aceptar el desafío, con entereza, acierto y voluntad, porque largo es el recorrido, como largas y tendidas son las esperanzas de un pueblo que se perfila en el ámbito de un futuro promisorio. -Muchas gracias, don Manuel, siempre tan claro y afable en sus apreciaciones históricas. Y a ustedes estimados lectores, infinitas gracias por disponer de su tiempo para recordar el pasado histórico y nutrirnos de gentilicio y amor por este pueblo que nos vio nacer y consumirá nuestra existencia hasta los confines de la eternidad.