Cuando las princesas toninas “Manaca” y “Seje” su abuela las llevo a nadar a los matapalos frente a “San Fernado de Atabapo”, sus nombres que únicamente los pronunciaban los Mawaris, planeta de las aguas donde los seres humanos Vivian en armonía con los animales acuáticos y todos eran felices eternamente.
Se acordaron cuando el sabio de la ciudad de donde venían les profetizo que el sitio donde jugaban iba a ser destruido por la ambición de los seres humanos, pero también les hablo del tiempo del fin del despojo de su ambiente: cuando las mariposas amarillas de ”La Pica de Titi” serian tantas que sellarían los cielos durante tres días y los “perros de agua”, cantarían un canto que harían llorar las estrellas del cielo, a partir de allí todo volvería a regenerarse y la naturaleza seria mejor que la primera.
Las Toninas jugaban con los niños, con el nado espontaneo, les pasaban por debajo, les pasaban por arriba, emitiendo un sonido, que únicamente lo entendían los ángeles.
Cuando sorpresivamente, maquinas inmensas llenas de odio y rabia hacia el rio Atabapo llamadas “Chupadoras” tragaban gran cantidad de volúmenes de agua y tierras, dejando una estela de muerte a su alrededor, las toninas asustadas y temblorosas iniciaron el canto de un himno de la naturaleza, que se escuchaba en toda la amazonia, y llegaba hasta la constelación del Cisne, porque era una canción que partía el alma, los huesos el espíritu, invocando el cuidado del rio Atabapo, de allí no se les vio nunca más, pero todos los días los niños del pueblo revisan el cielo para ver si las mariposas amarillas llegaron y la canción de los “Perros de Agua” se escuchan para celebrar que la naturaleza ha vuelto a reverdecer.

Por Web Admin

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