Por Nelson Ventura Puerto Ayacucho 28 de febrero de 2023
Su nombre primigenio y original es Maracoa, pero sufrió el mal de estos lares, todo foráneo que llega y trae poder, le cambia los nombres a los lugares, sin considerar y respetar a los pobladores originarios, sus asentamientos, así tenemos El Perico por Puerto Ayacucho, la nueva Amazonas por estado indígena de Amazonas, entre otros casos, y San Fernando por Maracoa, se cambio hace 265 años.
Es el mismo terruño que hoy regenta la Alcaldesa Weissira Suarez, la pequeña patria de José Lima, Pascual Silva, Manuel y Javier Maroa, el lugar de lucha de Melvin Silva y de muchos otros.
Es el Atabapo que recuerda en estos años vividos a Giberto Mendoza y Doña Rosa Piñate, Natalio Rojas, el Viejo Lara, la familia Martínez, Doña Chepa, la familia Ortíz, Doña Narcisa, Nepo Patiño y Doña Ermita, Doña Crucita, Blanca Yépez, Tomás Mayuare, Antonio Sánchez, Oesile Henriquez, Francisco Escobar, Desiderio Escobar, Rogelio Mirabal, la familia Palau, José Inés Sue, Pedro Sue, Ramón Cipriano, Luis Level, Narciso Ortiz, Rosario Rosales, Nicolas Rosales, Ignacio Acosta, Acosta Franci, la Familia Alencar, Pacual Betancourt, Félix Devia, Fernando Conde y muchos otros más, que construyeron, disfrutaron y disfrutan sus vidas en la convergencia de los caudales del Atabapo, el Orinoco y el Guaviare.
San Fernando de Atabapo es fundado el 22 de febrero de 1758 por la expedición de límites conformada por los conquistadores españoles José Solano, Apolinar Díaz de la Fuente y José Iturriaga que dan el nombre de «La Villa de San Fernando del Río Atabapo» al asentamiento indígena (Maracoa) de los Guaipunavis, en honor a Fernando VI Rey de España. En esa época.
La pasividad del Río Atabapo, cuya etimología es relevante y grandioso, no indica la paz total, dos años después de fundado fue quemado y destruido, y posteriormente reconstruido por el misionero capuchino Fray José A. de Xerez en 1765
Esa es una nota de San Fernando de Atabapo en su ya larga vida, que da cuenta que ha sido escenario de etapas turbulentas en lo político, económico, social y ahora militar. De allí la crónica nos habla de la época del Chiquichiqui, del Balatá, del Caucho. De la etapa de los terroristas Tomás Funes, Arevalo Cedeño, entre otros; de diversos conflictos políticos en su organización.
Llevamos más de treinta años hablando de la minería ilegal en su seno. Ahora hablamos de la gobernanza de su suelo por extranjeros, de la extracción de sus recursos, de operativos militares y su pueblo sin saber a donde van.
Pese a estar asentado sobre una roca de oro que a administran personas extranjeras, así como contar con un infinito caudal de recursos, en su evolución refleja pobreza, pobreza en todos los sentidos y parece detenido en el tiempo.
Sus servicios públicos de calidad, para seres humanos, están por construirse, faltan carreteras, aceras, electricidad permanente, políticas de seguridad social local, alimentaria, económica y ciudadana, que garantice la soberanía nacional
El discurso oficial que se escucha es solo retorico y politiquero; como, volver la mirada a nuestra selva, allí es donde esta el futuro de los amazonenses, allí es donde se produce y se trabaja, Atabapo es la construcción de la nueva Amazonas, así discursean desde la gobernación y la Alcaldía y en la realidad reina la incertidumbre a veces con desesperanza.
Las presentes generaciones, especialmente el niño atabapeño no conoce “El Bolívar” la moneda venezolana, este hecho ocurre con mayor fuerza desde hace unos cinco años, en esta tierra el signo monetario es el peso colombiano y en alguna medida la grama de oro.
Como si los atabapeños fueran otro país, trasladar comida o alimentos desde Puerto Ayacucho, es como una actividad subversiva. Las cinco alcabalas instaladas en el trayecto, no permiten pasar alimentos a San Fernando en el escaso transporte existente, quedando obligados los atabapeños a comprar la comida en Colombia, específicamente en Puerto Inírida, donde pagan con oro o pesos colombianos, denunciaron habitantes de San Fernando.
Quisiéramos hablar de la producción cultural, de viviendas, teatros, escuelas, cine, plazas, museos, pero la realidad nos obliga a decir los que hemos dicho. Feliz cumpleaños San Fernando de Atabapo