Por Anderson Velázquez
Lo que nadie dice

Es muy difícil que alguien de las grandes ciudades del país o del mundo entienda los motivos que obligan a las personas que viven en la selva a irse para una mina a vivir en condiciones infrahumanas. Para más o menos entender, empecemos por decir que en la selva no se vive, en la selva se sobrevive, y la práctica de la minería se ha convertido en el modo de sobrevivencia de la población indígena y no indígena de la zona, ante el abandono histórico de estos territorios fronterizos. Para tener una aproximación más clara, desde 1974 cuando el Dr. Caldera diseñó CODESUR, no existió más nunca una visión de desarrollo para Amazonas como política de Estado, y eso desencadenó en gran medida el caos que hoy tenemos.

La minería en Amazonas no se practica desde ayer

La minería se ha practicado en las áreas de administración especial o zonas protegidas de la amazonia venezolana desde hace más de cinco décadas, en parte debido a la ausencia de políticas de Estado que apunten al desarrollo económico, a diversificar la economía, a ofrecer opciones de vida y al aprovechamiento sustentable de los recursos en estos territorios, para empezar Amazonas ni plan de ordenamiento ha tenido nunca. Simplemente el Estado se ha ocupado de intentar mitigar los efectos de la minería de manera momentánea o coyuntural, mientras que las causas no son, siquiera, analizadas.

El desarrollo de Puerto Inírida, Puerto Carreño y Sao Gabriel do Cachoeira, en gran parte se debe a la minería ilegal en Venezuela, mientras que del lado venezolano solo queda la miseria, enfermedades y cada vez más desolación, puesto que Venezuela, aplicando políticas de control a mi juicio erradas, entregó todas las rutas comerciales y los mercados de abastecimiento a Colombia y Brasil, quienes si han sabido aprovechar de manera muy inteligente sus ventajas competitivas.

La minería en Amazonas es un negocio redondo

El tema minero de la amazonía se ha convertido en un gran negocio con muchas ramificaciones, una de ellas tiene que ver con las ONG que requieren de la existencia de la minería donde cualquier otra calamidad para de forma parasitaria acceder a fondos y recursos internacionales mediante la venta y el tráfico de la lástima y la falsa conciencia ecologista que mucho dinero deja en sus bolsillos y ningún resultado ha tenido para estos territorios, la oportunidad para los grupos de la delincuencia organizada para lavar dinero y legitimar capitales. Asimismo, los funcionarios corruptos se hacen ricos de la noche a la mañana, y como vienen por tiempo limitado, poco les importa lo que ocurra o deje de ocurrir en Amazonas.

Es decir, estamos ante un complejo sistema económico semi esclavista y extractivista, el cual, ha existido en la selva venezolana por más de un siglo, solo que en algún momento de la historia cambiaron el caucho, por el oro. Basta con recordar a José Tomás Funes y su sangrienta historia.

¿Existe alguna esperanza de salir de esta situación?

Si, pero no es fácil y requiere mucho esfuerzo, dedicación, unidad de la población y una visión clara del Estado venezolano de hacia dónde ir y qué hacer en esta frontera. El proyecto de desarrollo Nueva Amazonas plantea un conjunto de opciones y alternativas económicas viables como el turismo, la exportación de productos amazónicos y el desarrollo de las fuerzas productivas locales que apuntan a la construcción colectiva de una visión de seguridad y soberanía priorizando la dinamización comercial en tres grandes áreas de desarrollo. El distrito motor Orinoco, el Orinoco Medio y la Triple Frontera

El duro debate sobre la minería

Además, la ley Nueva Amazonas plantea la promoción de la consulta pública del ordenamiento territorial, reconociendo la existencia de la actividad minera, sus efectos negativos socioambientales, lo que significa esta actividad para la sobrevivencia de muchos indígenas y no indígenas y de cómo la minería en el Amazonas venezolano ha servido para el desarrollo fronterizo de los países vecinos, mientras que Venezuela recibe la peor parte.
La necesidad de una política económica fronteriza coherente
La necesidad histórica de consolidar una política de Estado coherente desde las instancias nacionales, regionales, municipales, comunales, civiles y militares, es más que evidente, y si no se hace en este momento histórico las consecuencias negativas serán totalmente impredecibles, tanto así, que podremos llegar a cumplir la profecía de Ali Primera cuando escribió sobre el Amazonas titulando el tema musical, Esequibo II.
Entender y conocer la realidad concreta
Entender la complejidad de este territorio es una obligación para todos los funcionarios del Gobierno Nacional en Caracas, aquí en lo Regional y también en lo municipal, no se puede estar improvisando con la vida y el futuro del pueblo amazonenses, hay que hacer las cosas bien y para ello se le debe dar la importancia estratégica que merece el estado Amazonas y su población. Esta es una exigencia que se debe hacer desde todos los sectores de la sociedad amazonense con mucha responsabilidad.
Ocupar el territorio con un proyecto de desarrollo económico y social con poder político
El comandante Chávez dijo en 2008, «Venezuela sangra por el Amazonas (…) tenemos que ir a ocupar esos territorios, pero no con represión militar, (…) sino con un proyecto de desarrollo social, con poder político». Ya existe, por tal motivo la ejecución de la ley del plan de desarrollo económico y social Nueva Amazonas, el cual fue diseñado tomando en consideración todos los problemas del territorio y sus diversas variables, que puede ayudar a la nación en la recuperación económica y progresiva del Amazonas, repoblar la frontera sur, equilibrar el desarrollo fronterizo y conseguir el sueño de que nuestra gente deje de sobrevivir en la selva y comience a vivir dignamente.
Quizás estas líneas no las lea nadie, quizás me meta en un gran problema como suele ocurrir, pero no puedo dejar de manifestar lo que pienso y siento desde el alma porque creo en Amazonas y su gente, creo en la Amazonas posible, creo en la Nueva Amazonas.

Por Web Admin

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